miércoles, 30 de noviembre de 2011

(...) "Principio de multiplicidad: sólo cuando lo múltiple es tratado efectivamente como
sustantivo, multiplicidad, deja de tener relación con lo Uno como sujeto o como objeto,
como realidad natural o espiritual, como imagen y mundo. Las multiplicidades son
rizomáticas y denuncian las pseudomultiplicidades arborescentes. No hay unidad que
sirva de pivote en el objeto o que se divida en el sujeto. No hay unidad, ni siquiera
para abortar en el objeto o para «reaparecer» en el sujeto. Una multiplicidad no tiene
ni sujeto ni objeto, sino únicamente determinaciones, tamaños, dimensiones que no
pueden aumentar sin que ella cambie de naturaleza (las leyes de combinación
aumentan, pues, con la multiplicidad). Los hilos de la marioneta, en tanto que rizoma o
multiplicidad, no remiten a la supuesta voluntad del artista o del titiritero, sino a la
multiplicidad de las fibras nerviosas que forman a su vez otra marioneta según otras
dimensiones conectadas con las primeras (...)"

Guilles Deleuze - Rhizome

Deleuze intentando llegar a la conexión total desprovista de cualquier tipo de valoración que propugnaba, de otra manera, Spinoza. Abandona la idea del amor como ente supremo y se sumerje en el terreno de la posibilidad con ávidos deseos de experimentarla. La vida como proyecto en constante desarrollo, sin principio, sin final, desplegándose en miles de direcciones. La vida como lo indivisible y lo divisible a la vez, conformando un todo pero que no se encierra en su propia totalidad, sino que en es todo y nada y más allá y algo puntual y grupos y etc.

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