martes, 8 de noviembre de 2011

Nota al pie de pagina

“No es la noción de Dios ni de sabiduría, ni de conocimiento, ni de lo verdadero, lo que permite distinguir la Filosofía de la Religión. El origen de la diferencia está en relación con el criterio de fe y de creencia. En efecto, el filósofo "cree que...", es decir, supone, opina y busca pruebas de su fe a través de la experiencia y los hechos, y la religión "cree en...”, sin necesidad de comprobar la verdad de su creencia, puesto que tiene fe en los testimonios de aquellos que han recibido la revelación o a quienes se les ha transmitido una revelación o un dogma, y en su propia vivencia.”

Es muy difícil diferenciar hoy la religión de la filosofía ya que tienen muchas cosas en común, como la más característica, no por esto más importante, de las dos: ambas buscan la verdad y la sabiduría.

La religión implanta su contenido de forma dogmatica, a través de mitos y símbolos, es algo absoluto, imposible de refutar. Las revelaciones son la única fuente alternativa a los libros dogmaticos que rigen sus normas. Contenidos que a pesar de los siglos que pasaron siguen siendo intocables. Sus fieles se basan justamente en eso, en la fe; sin cuestionar cualquier medida que sea tomada por “los representantes de Dios en la tierra”, es decir por las autoridades de la Iglesia. Sin entrar en la discusión de que es lo correcto y que lo incorrecto; ¿es posible que si una persona busca ayuda en algo como la religión, para que esta le ayude con su vida, tenga normas y soluciones que no cambien a través de los siglos sin tener en cuenta el caso en particular de la persona, ni los cambios en la sociedad? ¿Los problemas de las personas siguen siendo los mismos que siglos atrás? ¿Acaso la sociedad, y las personas no han evolucionado a lo largo del tiempo?

Estas preguntas nos ubican en terreno de la filosofía, en donde las verdades absolutas no existen, no se puede acceder a la verdad en sí, en su lugar están las verdades relativas. Los filósofos, aunque busquen la verdad, digamos de alguna manera, se “conforman” con el conocimiento al que llegan mientras ejercen su actividad, con la vivencia, las experiencias, que pueden ser lo más valedero, en donde el método para poder llegar a ellas se puede transmitir, pero donde ellas no, no pueden ser trasmisibles, y es lo que más conocimiento le puede dar a un ser humano.


Juan Manuel Risueño

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