miércoles, 16 de noviembre de 2011

Renato Descartes-Meditaciones Metafísicas

MEDITACIÓN TERCERA

De Dios; que existe

[…]cuando consideraba algo muy sencillo y fácil, tocante a la aritmética y la geometría, como, por ejemplo, que dos más tres son cinco o cosas semejantes, ¿no las concebía con claridad suficiente para asegurar que eran verdaderas? Y si más tarde he pensado que cosas tales podían ponerse en duda, no ha sido por otra razón sino por ocurrírseme que acaso Dios hubiera podido darme una naturaleza tal, que yo me engañase hasta en las cosas que me parecen más manifiestas. Pues bien, siempre que se presenta a mi pensamiento esa opinión, anteriormente concebida, acerca de la suprema potencia de Dios, me veo forzado a reconocer que le es muy fácil, si quiere, obrar de manera que yo me engañe aun en las cosas que creo conocer con grandísima evidencia; y, por el contrario, siempre que reparo en las cosas que creo concebir muy claramente, me persuaden hasta el punto de que prorrumpo en palabras como éstas: engáñeme quien pueda, que lo que nunca podrá será hacer que yo no sea nada, mientras yo esté pensando que soy algo, ni que alguna vez sea cierto que yo no haya sido nunca, siendo verdad que ahora soy, ni que dos más tres sean algo distinto de cinco, ni otras cosas semejantes, que veo claramente no poder ser de otro modo, que como las concibo[…]

http://www.mmur.net/filo2bat/MedMet1a4cas.pdf

Lo que habla Descartes es que aunque Dios nos haya creado y haya creado toda la naturaleza que nos rodea, no hay ningún motivo para dudar si YO existo o no, claramente existimos, porque además de pensar, como dice el autor, también sentimos cosas, como por ejemplos, sentimientos, dolores, y eso es una realidad pura y absoluta. No tenemos porque dudar de lo que somos. Pero en cuanto a la idea de Descartes, ¿Por qué creyó que Dios lo “engañaba”? debemos creer en lo que vemos y en lo que sabemos que es verdad, sino todo lo que PENSAMOS en creer que una cosa o algo es verdad, no existe, hasta ser comprobada. ¿O no es así?


Eugenia Verron

No hay comentarios:

Publicar un comentario