miércoles, 30 de noviembre de 2011

El cristianismo, la moral. Dios.

"El cristianismo tomó partido por todo lo que es débil, humilde,
fracasado; hizo un ideal de la contradicción a los instintos de conser-
vación de la vida fuerte, estropeó la razón misma de los temperamen-
tos espiritualmente más fuertes, enseñó a considerar pecaminosos,
extraviados, tentadores, los supremos valores de la intelectualidad. El
ejemplo más lamentable es éste: la ruina de Pascal, que creyó que su
razón estaba corrompida por el pecado original, cuando sólo estaba
corrompida por su cristianismo"

Friedrich Nietzsche - El anticristo

La moral judeocristiana, para Nietszche, el germen de la decadencia occidental. El no pelear por los instintos sino dejarse corromper por miedos y prejucios que entorpecen el avance de las sociedades hacia escenarios más fructíferos. Cuidar del pobre, del enfermo, tenerle "santo temor a Dios", depositar mi poder de decisión en él, reprimir todos aquellos deseos que por miedo catalogamos como pecaminosos. Ser una marioneta temerosa y culpable de un Dios que juega sin parar y de las maneras más aleatorias. ¿Por qué crearnos un arquetipo tan bipolar y tormentoso? ¿Es que no hay recompensa sin dolor? ¿No hay camino posible si no es a través de la cancelación de ciertas cosas en pos de otras?

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