miércoles, 16 de noviembre de 2011

La alineación del hombre

“Dios es el espejo del hombre.” “Dios es lo íntimo que se revela, la manifestación de la esencia del hombre; la religión constituye una revelación solemne de los tesoros escondidos del hombre, la pública confesión de sus secretos de amor.” “Todas las calificaciones del ser divino son calificaciones del ser humano.” Dios no es sino “el ser del hombre liberado de los límites del individuo, los límites de la corporeidad y la realidad, y objetivado, es decir, contemplado y adorado como otro ser, distinto de él”.

Ludwig Feuerbach


No es Dios quien ha creado al hombre a su imagen sino el hombre quien ha creado a Dios, proyectando en él su imagen idealizada. El hombre atribuye a Dios sus cualidades y refleja en él sus deseos realizados. Así, alienándose, da origen a su divinidad. Pero, ¿por qué lo hace? El origen de esta alienación se encuentra en el hombre mismo. Aquello que el hombre necesita y desea, pero que no puede lograr inmediatamente, es lo que proyecta en Dios.

Stefanía Hueller

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